En el afán de querer ser productivos y de vernos bien ante nuestros superiores cometemos un grande error: el de llevarnos trabajo a casa. Te advierto que este post no se apega a la realidad que estamos viviendo en estos momentos. El Gran Confinamiento producido por la presencia del COVID-19 nos ha cambiado por completo nuestros esquemas de trabajo. Así que te invito a que nos pongamos en una realidad donde este enemigo común no existe y nuestras vidas son normales en las calles y en los colegios.
Una vez escuché esta frase y me gustó. Te la comparto para que puedas aplicarla a tu vida: Así como al trabajo no se va a dormir, de igual forma a la casa no se va a trabajar. Y seamos honestos y pongámonos a pensar: después de 8 horas de clase (soportando los gritos, ruidos y demás) lo que queremos hacer es llegar a casa, ponernos unas pantuflas, dormir un rato o ver nuestra serie favorita. Yo te pregunto: ¿cuál es el afán de que llegues a tu casa, comas en 10 minutos y te pongas a hacer reportes, listados, etcétera?
No soy un experto, pero te puedo asegurar de que no vas a llegar muy lejos si sigues manteniendo una rutina de trabajo tan extenuante y estoy seguro de que tu cuerpo te va a pasar factura. Te voy a proporcionar algunos tips que yo hago para reducir mi carga y no llevarme trabajo a casa.
Ten una aplicación móvil para tu clase
Sé que no es fácil de tener una tablet o iPad en clase, pero créeme que hay un sinfín de aplicaciones de paga o gratuitas que te ayudarán a deshacerte de las clásicas hojitas de papel bond para pasar lista o para llevar el control de tareas, actividades o proyectos. El nombre de esta aplicación es iDoceo. Esta aplicación es de paga y sólo es compatible con iPad. Lo sé, no es fácil conseguir, pero si tienes un iPad en tu casa regálate la oportunidad de que la tecnología trabaje para ti y te haga más fácil la vida.
En mi experiencia personal, yo uso iDoceo para prácticamente todo: para pasar lista, registrar actividades y trabajos. También la utilizo para armar rúbricas y automáticamente genera calificaciones. Al final, en menos de una hora obtengo las calificaciones de mis alumnos.
No hagas exámenes abiertos
Yo soy muy escéptico de que un profesor sea capaz de leer más de 50 exámenes de respuestas abiertas en un par de días, pero sé que un examen abierto le da al profesor la herramienta perfecta para darse cuenta si sus alumnos entendieron bien el tema. Como sea, mi recomendación es que si vas a usar respuestas abiertas, mejor apliques exámenes orales. Si decides hacer exámenes escritos te va a ayudar mucho que hagas preguntas cerradas. ¿Es más fácil que los alumnos hagan de tin-marín? Depende. Depende mucho de cómo elabores tus exámenes cerrados. Un examen de opción múltiple puede ayudar a tus alumnos a combatir la ansiedad y promueve su capacidad de análisis. Pero insisto: hay que saber hacer exámenes de opción múltiple.
Si te decides por esta opción te voy a recomendar una aplicación que puedes instalarla en tu smartphone, tablet o iPad, se llama: ZipGrade. En su página web puedes descargar los formatos para exámenes de 10, 20, 50 o hasta 100 preguntas. La calificación de estos exámenes es instantánea.
Distribuye tus clases con inteligencia
Más o menos un parcial dura 8 semanas y ese tiempo es perfecto para que distribuyas el trabajo de manera eficientes. Uno de los errores más comunes de los profesores inexpertos es querer comerse el mundo en la semana de evaluación. En esa semana programan exposiciones, entrega de proyectos, exámenes, quizzes y demás. Eso sólo va a provocar que esa semana y la que sigue estés abrumado por el trabajo de calificación.
Lo que te aconsejo es que durante todo el parcial te programes para distribuir todo aquello que quieres evaluar. El objetivo es que llegada la semana de evaluación únicamente tengas pendiente la calificación del examen escrito.
Conoce tus capacidades y limitaciones
Un profe casado jamás, jamás, jamás va a tener la misma autonomía que cuando se está casado y/o con hijos. Recuerdo que cuando fui profe en secundaria y estaba soltero me quedaba revisando cuadernos hasta las 6pm o 7pm ¡todos los días! Eso me hacía sentir un súper-profe, pero seamos honestos: hay una gran diferencia en llegar a casa de tus papás que a tu propia casa donde te espera tu esposa/esposo y/o tus hijos.
Entonces profes, ¿por qué se siguen llenando de carga laboral como si estuvieran solteros? Entiendo que tenemos que dar el extra y un trabajo de alta calidad, pero es justo que entendamos nuestras capacidades y limitantes.
Aún más, la fuerza y la capacidad mental no es lo misma en los años 20 o 30 que en los 40, 50 o 60 años de edad. Cada vez nos volvemos más lentos en un mundo donde las generaciones son y serán muy rápidas.
Estimados profes, espero que este post les haya sido de mucha utilidad. Hay muchos tips (los millennials les llaman lifehacks) que te puedo compartir, pero tal vez sea para una próxima oportunidad.
Aviso: Las imágenes utilizadas en este post son propiedad intelectual de los creadores. Este blog utiliza dichas imágenes con fines ilustrativos. Quedan reservados los derechos para los auténticos propietarios.
¿Qué onda profes? ¿Qué les pareció este post? ¿Lo pueden recomendar con sus colegas? Ojalá se den la oportunidad de compartirlo por WhatsApp o correo electrónico. No olvides dejarme un comentario en la cajita de abajo.
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